En este contexto, uno de los aspectos que más preocupan es la banalización de sus riesgos. A pesar de que el uso terapéutico del cannabis es legal, diversos estudios han demostrado que su consumo es perjudicial para la salud, pudiendo causar problemas de adicción e incluso trastornos psicóticos.
Efectos del cannabis sobre la salud
El consumo de cannabis tiene efectos psicológicos y fisiológicos inmediatos. Normalmente, estos efectos pasan por una sensación de felicidad y de relajación, además de un aumento del apetito y de los sentidos, como es el caso de la percepción de colores o sonidos. Sin embargo, a largo plazo los efectos se agravan, provocando falta de atención, de memoria e incluso ataques de ansiedad.
Entre los efectos negativos más graves encontramos los siguientes:
· Ansiedad, ataques de pánico y paranoia.
· Taquicardias y aumento de la presión arterial.
· Náuseas y vómitos.
· Mala coordinación y falta de equilibrio.
· Desorientación.
· Reducción en la capacidad de reacción.
· Disfunción del funcionamiento mental.
· Desarrollo de adicción al cannabis.
Además, hay que tener en cuenta que el cannabis se suele consumir fumado, como marihuana o hachís, lo que puede aumentar el volumen y frecuencia cardíaca. Esto supone un riesgo añadido para las personas que padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares.
Síntomas de la adicción al cannabis
Una de las consecuencias más preocupantes del consumo del cannabis es el desarrollo de una adicción. Una persona con problemas de adicción suele presentar una sintomatología común relacionada con la abstinencia física o emocional al intentar dejar de consumir.
· Cambios bruscos en el estado de ánimo y en el comportamiento.
· Baja energía y autoestima.
· Problemas sociales y familiares. Retraimiento o abandono del grupo de amigos no consumidores.
· Consumo compulsivo.
· Inquietud o preocupación por disponer siempre de cannabis.
· Problemas de rendimiento escolar o laboral.
· Desinterés por actividades que no tienen relación directa con el consumo.
Además de estos síntomas, existen otros indicadores que nos pueden hacer sospechar de la dependencia del cannabis, como por ejemplo, los episodios de irritabilidad, agresividad o nerviosismo que ceden al consumir cannabis.
Todos estos efectos suponen un mayor grado de peligrosidad para los adolescentes, ya que el cerebro todavía no está completamente desarrollado. Lo más preocupante es que la edad media de inicio en el consumo de cannabis es de 14 años, y durante esta etapa el riesgo de dependencia aumenta e incrementa el riesgo de padecer enfermedades mentales en edad adulta, como depresión, psicosis o esquizofrenia.